(Buenos Aires).- Después de los 30 años, hombres y mujeres comienzan a transitar una progresiva caída de hormonas, es decir, comienza el proceso de envejecimiento. Esto se traduce en consecuencias concretas tales como la posibilidad de sentir menos energía, descansar mal, tener una peor calidad de la piel, ganar grasa corporal y perder el deseo sexual.

Estas condiciones, sumadas al estrés de la vida cotidiana, provocan que este proceso se desarrolle con más velocidad. Además, la alteración hormonal aumenta el riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas -como Parkinson o Alzheimer; y el riesgo de enfermedades coronarias, lesión en las arterias y en el corazón.

Planteado esto, la optimización hormonal se convierte en un tratamiento sumamente recomendable para equilibrar el organismo. Primeramente, se realiza un minucioso análisis hormonal completo del paciente para saber cómo se encuentra y conocer los valores hormonales. A partir de allí, se decide qué instrumento de optimización hormonal es mejor para su coyuntura.

Según sea el caso, se coloca el denominado “chip” o pellet para brindar la dosis necesaria para cada paciente. También se analiza si además se lo complementa con comprimidos personalizados o con una crema especialmente preparada. En todos los casos, también se incorporan antioxidantes.

El pellet se coloca en el consultorio, debajo de la piel, con anestesia local, dando una duración aproximada de 4 a 6 meses. Los beneficios se registran a los 15 o 20 días de iniciado el tratamiento. Los pacientes registran mejoras en la energía, el humor, el descanso y el deseo sexual.

Cabe remarcar, además, que la optimización hormonal es un procedimiento que se complementa con hábitos de vida saludable. Con todo ello, las personas se aseguran una mejor calidad de vida.

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Por Dr. Leonardo Imbriano, médico cirujano plástico, ginecólogo y magíster en fertilidad humana

Fuente: CALMA PR