(Buenos Aires).- Con la llegada de los días más fríos, resurge el virus sincicial respiratorio, mejor conocido por sus siglas en inglés VSR, una enfermedad que causa infecciones de los pulmones y en el aparato respiratorio. Dicho a grandes rasgos, es el responsable de los casos de bronquiolitis en niños e infecciones respiratorias (que pueden ser graves) en adultos mayores.

Lo cierto es que el VSR está en aumento desde las últimas semanas, según datos publicados por el Ministerio de Salud de la Nación en su último Boletín Epidemiológico Nacional (BEN). Sin embargo, aún se mantiene en los niveles esperados por los expertos.

Entre la Semana Epidemiológica (SE) 23/2022 a la SE17/2023, hubo 21.186 muestras estudiadas para VSR registrándose 5.092 con resultado positivo (porcentaje de positividad 24,03%). Cabe destacar la tendencia ascendente de la positividad en muestras para VSR en las últimas 6 semanas, que alcanza un 41,64% en la última semana estudiada”, estaca el BEN y aclara que la respecto a la SE16, la positividad en la SE17 asciende para VSR y desciende para influenza.

Según destaca la cartera sanitaria nacional, entre los casos hospitalizados, entre las SE23/2022 a SE17/2023 el porcentaje de positividad calculado para VSR es 24,03%, respectivamente. Desde el inicio de la estrategia UMA, el porcentaje de positividad para VSR se mantuvo en valores por debajo del 10%, excepto en la SE14/2023 (11,36%), con una positividad de 7,79% en la SE17.

Desde Salud, resaltan que las muestras positivas para VSR también se registran en todos los grupos de edad, principalmente en el grupo de 45-64 años y en menores de 1 año. En la distribución por grupos de edad, el mayor número de casos positivos para VSR se observa en menores de 5 años, particularmente en los niños menores de 1 año.

La enfermedad VSR es tan frecuente que la mayoría de los niños ya se han infectado cuando tienen alrededor de los dos años de edad, aunque también puede infectar a los adultos. El VRS es la causa más común de la inflamación de los pulmones (neumonía) o de las vías respiratorias pulmonares (bronquiolitis) en los bebés. Estas complicaciones pueden ocurrir cuando el virus se extiende al aparato respiratorio inferior.

La inflamación de los pulmones puede ser bastante grave para los lactantes, niños pequeños, adultos mayores, las personas con el sistema inmunitario debilitado, o las personas con enfermedades cardíacas o pulmonares crónicas. Si los microbios entran al espacio detrás del tímpano, pueden causar una infección del oído medio (otitis media). Esto les ocurre con más frecuencia a los bebés o niños pequeños.

Aún no hay aprobada una vacuna, pero se puede prevenir al ventilar los ambientes cerrados (una medida que también sirve para las otras dos infecciones), mantener la lactancia materna, aplicar las vacunas adecuadas para la edad, no exponer a los niños al humo del cigarrillo ni de estufas a leña, practicar el lavado de manos frecuente de los niños y los convivientes, con agua y jabón, mantener alejados a los bebés de las personas que están resfriadas o tienen tos.

En los adultos y en los niños mayores y sanos, los síntomas del VSR son leves y generalmente se parecen al resfriado común, además, solo se necesitan medidas de cuidado personal para aliviar las molestias. El VSR puede causar una infección grave en algunas personas, incluyendo a los bebés de 12 meses y más jóvenes, especialmente los prematuros, y en los adultos mayores, en la gente con enfermedades cardíacas y pulmonares, o cualquiera con un sistema inmunitario débil.

Tanto el VRS como la enfermedad por COVID-19 son tipos de virus respiratorios, por lo que algunos síntomas de ambas enfermedades suelen ser similares. En los niños, la COVID-19 con frecuencia resulta en síntomas leves, como fiebre, nariz que gotea y tos. En los adultos con la COVID-19, los síntomas pueden ser más graves e incluir problemas para respirar.

Tener el VRS puede reducir la inmunidad y aumentar el riesgo de contagio de coronavirus. Estas infecciones pueden presentarse juntas, lo que puede hacer que empeore el COVID.

Tres vacunas en desarrollo Contar con una vacuna contra el virus sincicial respiratorio (VSR) es un objetivo que el sistema científico persigue desde hace años. La enfermedad respiratoria es la que más recién nacidos hospitaliza en el mundo, y la que más neumonías de origen viral causó a lo largo de la historia, con altas tasas de mortalidad en adultos mayores.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) aprobó a principio de mes la vacuna de GSK contra el virus respiratorio sincitial (VRS, por sus siglas en inglés) para adultos mayores de 60 años, según informó la empresa. La vacuna GSK tuvo una efectividad de casi el 83% en la enfermedad de las vías respiratorias inferiores en un estudio de aproximadamente 25.000 pacientes -la mitad vacunado con la vacuna y la mitad con un placebo-, según los datos que la compañía proporcionó a la FDA. No se informaron muertes por RSV entre los pacientes en ninguno de los dos estudios.

Hay dos laboratorios más que están desarrollando vacunas contra el VSR y ambos lo están haciendo bajo la plataforma ARN mensajero. Ellos son Pfizer y Moderna.

En un reciente ensayo clínico de Pfizer participaron unos 34.000 pacientes, la mitad de los cuales recibió un placebo. Se concluyó que la vacuna tiene una eficacia de casi el 67% en la prevención de enfermedades del tracto respiratorio inferior relacionadas con el RSV, que pueden provocar neumonía. Esa vacuna fue casi un 86% efectiva en el tratamiento de la enfermedad con tres o más síntomas, según los mismos datos.

En enero último, la empresa biotecnológica Moderna anunció que su vacuna ARNm-1345 contra el virus respiratorio sincicial (VRS), responsable de provocar la bronquiolitis, cumplió “con los criterios primarios de eficacia en un ensayo de fase 3 en adultos mayores”, parte del cual se desarrolla en la Argentina.

La FDA calcula que el VRS se asocia a entre 6000 y 10.000 muertes al año en adultos mayores de 65 años y al menos 60.000 hospitalizaciones en ese grupo de edad. Además, es una de las principales causas de mortalidad infantil en todo el mundo.

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