(Buenos Aires):- La investigación clínica se ha convertido en un componente esencial para el desarrollo de la medicina moderna. En los últimos años, el sector farmacéutico de innovación presentó avances significativos en el tratamiento de enfermedades, lo que mejora la calidad de vida de millones de personas.
En el territorio nacional, las compañías asociadas a la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME), con casi un siglo de historia en el país, son líderes en el impulso de Investigación y Desarrollo (I+D) de nuevos medicamentos y tratamientos innovadores. Esto promueve el avance de la ciencia e impacta positivamente en la economía argentina. En 2022, la inversión en I+D clínica superó los USD 510 millones.
Por qué es clave la investigación clínica
Los estudios mediante los cuales se evalúa cada medicamento antes de que llegue al mercado poseen un rol fundamental: comprueban que los tratamientos sean seguros y eficaces para los pacientes, y en muchos casos, permiten descubrir nuevas terapias que cambian el curso de enfermedades hasta ahora difíciles
de tratar.
Durante 2023, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) ha recibido 229 protocolos de investigación clínica, y más de 50.000 personas participaron en ensayos clínicos en todo el país. Estos estudios contribuyen a la ciencia médica global y de esta manera posicionan al país como un actor relevante en el ámbito de la salud a nivel internacional.
El desarrollo de nuevos medicamentos suele presentarse como un proceso largo y complejo, que puede durar entre 9 y 15 años, desde que se comienza a investigar un principio activo hasta que el medicamento está disponible para los pacientes. De cada 5.000 a 10.000 moléculas analizadas, solo una llega a comercializarse, y el costo de desarrollar un medicamento puede superar los USD 2.600 millones.
El panorama de I+D clínica en la Argentina
En ese sentido, la inversión en I+D clínica también tiene un impacto económico significativo, ya que representa el 42,5% del monto total invertido por todos los sectores de la economía en investigación y desarrollo dentro del territorio nacional.
Cabe destacar que el 91,8% de esta inversión provino de las casas matrices de compañías globales radicadas en el país, lo que demuestra la confianza en la capacidad y excelencia profesional de los investigadores locales.
En cuanto a las áreas de investigación clínica en la Argentina, existe una diversidad bastante significativa. Actualmente, las cinco áreas terapéuticas más estudiadas en el país son la oncología (26%), inmunología (16%), aparato respiratorio (12%), metabolismo (8%) y sistema nervioso central (6%).
En el último año, ANMAT aprobó 22 nuevas moléculas para el tratamiento de cáncer, psoriasis, lupus eritematoso sistémico, esclerosis múltiple, migraña, insuficiencia cardíaca, déficit de crecimiento, betatalasemia, entre otras; y también aprobó vacunas contra el herpes zóster, dengue y el virus sincicial respiratorio. Estos avances son una prueba concreta del impacto que la investigación clínica tiene en la salud pública.
Los desafíos futuros de la investigación clínica
Más allá de los avances logrados, aún hay potencial para crecer en este ámbito. CAEME considera que la Argentina podría consolidarse como líder regional en investigación clínica. La capacidad profesional y la infraestructura existente en el país son puntos fuertes que pueden atraer más inversiones internacionales. Sin embargo, para que esto suceda, es necesario contar con un marco legal adecuado en materia de propiedad intelectual, que esté en línea con los estándares internacionales.
Para fomentar la inversión en I+D clínica y permitir que más personas accedan a las últimas innovaciones disponibles en salud, es esencial garantizar los derechos de propiedad intelectual, incluyendo patentes y datos de prueba -la información que surge del proceso de investigación y desarrollo que acredita la seguridad y eficacia de los productos farmacéuticos-.
En un mundo donde la innovación médica avanza a pasos agigantados, los esfuerzos de I+D orientados a la medicina representan un pilar fundamental para asegurar que los últimos avances lleguen a más personas. Con un enfoque adecuado, el país tiene todo lo necesario para desarrollar un papel crucial en la salud global, insertarse al mundo y desarrollarse económicamente.
Fuente: CAEME