(Buenos Aires).- Desde Adecra+Cedim -la cámara nacional que nuclea a más de 400 instituciones de salud privada entre clínicas, sanatorios, hospitales privados, laboratorios y centros de diagnóstico y tratamiento ambulatorio-, explicaron la difícil situación que atraviesan las instituciones de salud privada en Argentina.

Advirtieron que el panorama se agravará de no mediar soluciones a corto plazo.

El total de los prestadores de salud privada en Argentina atiende a 7 de cada 10 personas. Para poder brindar las prestaciones y hacer frente a los aumentos al personal, las instituciones reciben aranceles por parte de quienes las contratan, que son los financiadores (prepagas y obras sociales, incluyendo al PAMI), pero los pagos llegan a cobrarse, en algunos casos, a 120 días, introdujo Jorge Cherro.

Asimismo, sentenció: Hoy se desarrolla un conflicto sectorial, de público conocimiento, que, sin lugar a dudas, repercutirá fuertemente en el sector prestador de servicios, entendiendo que somos parte de una cadena de valor que en su conjunto administra un bien público –la salud– con gestión privada. De no resolverse pronto, esta situación dejará fuera de juego, quebradas, a muchas instituciones.

Además, Cherro mencionó el tema paritario. En el marco de la paritaria anual, que finalizó el 31 de marzo de este año, hemos acordado, hace más de un mes, un aumento del 45% distribuido en los meses de febrero y marzo. Ahora deberíamos volver a negociar, con lo que eso representa en este escenario, afirmó.

Desde la cámara, señalaron que la crisis que afecta a los prestadores, en el sistema de salud en su conjunto, responde a un problema de larga data de desfinanciamiento o sábana corta, agravado por la coyuntura, donde inciden múltiples factores: aranceles por debajo de los costos; alta inflación en los costos de insumos, medicamentos y equipamientos, profundizada en la pandemia y a partir de las dos últimas devaluaciones de agosto y diciembre de 2023; el retraso estructural en la cadena de pagos; últimas paritarias con aumento acordado del 45% distribuido entre febrero y marzo de 2024; y la finalización de las medidas de alivio fiscal y de la Emergencia Sanitaria a fines de marzo de 2024, entre otras.

El sector arrastra, desde hace 20 años, un continuo deterioro económico-financiero que se agudizó en la pandemia, de la que aún hoy no hemos podido recomponer el capital de trabajo, contextualizaron. Y continuaron: El congelamiento de los aranceles en 2020 y las sucesivas devaluaciones, considerando las de agosto y diciembre de 2023, han puesto en jaque a nuestras instituciones.

Incluso, según datos relevados por Adecra+Cedim sobre instituciones asociadas, la brecha acumulada promedio entre ingresos y costos en salud desde enero de 2020 al 1° de abril de 2024 fue del 112,20% y, dentro de este periodo, los aumentos promedio en los costos de producir atención médica, que Adecra+Cedim mide trimestralmente desde hace años, fue del 2557%, en tanto la inflación fue del 1805%.

No debemos olvidarnos que, durante años, los ingresos del sector han sido regulados y controlados, mientras los costos siguieron ascendiendo. Actualmente, aun con la desregulación de la actividad que habilitó el DNU 70/2023, continúa el desfasaje entre costos y aranceles y la cadena de valor se encuentra amenazada, al tiempo que, desde el 31 de marzo de este año, han dejado de regir las medidas de alivio fiscal y de Emergencia Sanitaria, lo que implica que el costo salud de estas instituciones se vea fuertemente impactado, recalcaron.

En este contexto, defendieron la necesidad de reformas económicas, fiscales y laborales en el país. Es absolutamente necesario y urgente que se generen reformas, en especial para nuestro sector”, afirmaron, y mencionaron puntos como “medidas de alivio fiscal, incentivo al empleo, renovación de la Emergencia Sanitaria, plan de facilidades de pago o moratoria especial, redefinición de caracterización de PYME y revisión urgente del Programa Médico Obligatorio (PMO), entre otros.

Desde hace años, los procesos devaluatorios e inflacionarios fueron afectando al sistema de salud argentino, y cada una de estas problemáticas fue originando, como respuesta, diferentes normativas a modo de parches, que no siempre redundaron en un beneficio para el sistema en general, puntualizó Cherro.

Y agregó: Más allá de la necesidad urgente de hacer sostenible la actividad de los prestadores de salud privada, es clave también que, mediante el dictado de leyes, decretos y normas afines, se logre la consistencia y armonización del sistema de salud en su conjunto, que como nación nos debemos. De otro modo, será muy difícil que encontremos solución a los problemas de financiamiento y cobertura y a los condicionamientos en eficiencia y calidad que los prestadores venimos atravesando.

Fuente: Adecra-Cedim